El coaching de equipos es una especialización con características propias, que se diferencia de otras disciplinas y estilos de coaching. El coach de equipos desempeña un rol específico y su intervención varía según las etapas y momentos del equipo en cuestión.
Cada proceso de coaching de equipos es único, debido a que se diseña de manera personalizada para un equipo en particular con metas determinadas. Se realiza un diagnóstico y se crea un programa customizado que incluye diversas intervenciones, en las cuales participan todos o algunos de los miembros del equipo. Además, el líder del equipo tiene diferentes formas de participación.
¿Para qué el coaching de equipos?
El coaching de equipos es indicado tanto para la formación de un equipo, para adaptarse a cambios deseados o imprevistos, para lograr más y mejores resultados, para aumentar el compromiso y la confianza, para garantizar que las cosas pasen, para crecer, aprender, crear, innovar y convertirse en un equipo de alto rendimiento.
El coaching de equipos se utiliza para que los roles sean asumidos, los avances se midan y los resultados sean positivos. A medida que el proceso avanza, el propio equipo consolida su forma de trabajo, establece acuerdos, diseña estrategias, aborda y resuelve conflictos, y alcanza resultados.
Al igual que el coaching individual, el coaching de equipos se basa en la ampliación de la consciencia, la responsabilidad, la acción y el aprendizaje. Un equipo que aprende es un equipo que crece y contribuye al crecimiento de cada uno de sus miembros. Se expande más allá de sus límites iniciales y comprende que no tiene límites. Juntos, transitan un proceso iterativo continuo.
Como mencioné en mi columna de la semana pasada: “Entre el control y la confianza se juega el liderazgo”, un equipo está conformado por al menos dos personas, que comparten objetivos comunes, tanto en términos de resultados como de procesos, y tienen una forma característica de hacer las cosas. Así, un equipo de alto desempeño se distingue por su escucha activa, por tener una comunicación interna y externa alineada y activa, confianza ante todo y en cada uno, responsabilidad compartida tanto en los éxitos como en los fracasos, una colaboración sólida, alta flexibilidad y adaptabilidad. Sus miembros son autónomos y generan un ambiente de seguridad entre ellos y hacia el exterior. Son capaces de reconocer errores y reconfigurarse cuando es necesario para el bien común. Se enfocan en su propósito, en la obtención de resultados y en la vivencia de sus valores. Por eso, los vínculos son sólidos y los sentimientos son expresos. Son equipos que se destacan por su capacidad de innovación.
¿Qué se necesita para que el coaching de equipos sea exitoso y vaya aún más allá de lo esperado?
- Un equipo comprometido.
- Un líder que esté transite el proceso con convicción o, al menos, con confianza. Cuando se inicia un proceso por primera vez, la confianza es esencial, incluso cuando se trata de algo nuevo. Es necesario que el líder invierta tiempo y esfuerzo en su rol para que las cosas realmente sucedan.
- Miembros dispuestos a transitar el proceso. Para ello, se requiere un coach experto capaz de lograr adhesión y participación.
- Un coach o coaches especializados en la facilitación de equipos.
- Objetivos claros, en términos de resultado y de proceso.
- Un trabajo conjunto con compromiso de todos los involucrados.
El proceso de consolidación de un equipo atraviesa diversas etapas, cada una de las cuales requiere una forma particular de intervención y un rol específico por parte del coach. A diferencia de otros tipos de coaching, el coach de equipos puede ser parte activa del equipo en ciertos momentos y mantener cierta distancia en otros momentos. Es un interjuego muy poderoso, que requiere una observación integral, que tiene que ver con performance, es recomendable la participación de un segundo coach con expertise, que pueda observar desde una perspectiva aparentemente más pasiva. Este segundo coach contribuirá en el diseño del proceso, en cada sesión, en las reflexiones y aprendizajes, y realizará intervenciones puntuales de alto impacto.
Para que el coaching de equipos sea un proceso de coaching verdaderamente ético y profesional, se requiere la participación de profesionales certificados y con experiencia, que además supervisen su trabajo y tengan un equipo para co-crear. Es necesario y recomendable que aquellos que decidan embarcarse en un proceso de coaching se informen y tengan referencias sobre la calidad y los resultados del trabajo de los profesionales. Como en cualquier otro ámbito, el conocimiento y la implicación en la contratación serán clave para el éxito.