Somos seres integrales y sistémicos. Lo cual implica que todo tiene que ver con todo. Nuestros sistemas del cuerpo están íntimamente relacionados, son interdependientes. Lo mismo sucede con la mente y con la relación mente-cuerpo. Nada trabaja en solitario y los impactos en una pequeña parte del sistema, alcanza el todo. Así funciona nuestro sistema hacia adentro del mismo y hacia el afuera. El entorno influye en cada sistema. Entre el entorno y la carga genética, se transforma nuestro fenotipo. Ya lo hemos mencionado en artículos anteriores, nuestras experiencias reales o imaginarias, transforman el propio ADN. Cada persona tiene su estilo de afrontamiento -capacidad para desplegar estrategias cognitivas, emocionales, conductuales para resolver las demandas internas o externas-. En ocasiones esta capacidad de afrontamiento se ve desbordada y es posible que creamos que no podemos transitar el proceso con resolución exitosa. Incluso, podríamos creer que no tenemos la capacidad, la motivación o las herramientas suficientes. ¿Quién no ha sentido alguna vez, que no puede con esto o aquello? Es parte de la vida. Interesante tener en cuenta que somos seres con grandes capacidades, que podremos transitar estados de fragilidad. Considerar estados de instabilidad en lugar de ser debilitarnos, nos coloca en un lugar de mayores posibilidades. Para lograr bienestar, que en definitiva es calidad de vida, existe una clave que hace la diferencia: aprender. ¿Para qué es importante aprender? Dicen que los seres humanos somos los únicos que tropezamos con la misma piedra. Si bien es un dicho popular y vaya a saber de dónde surge, cada uno en la propia vida damos cuenta de ello. ¿Qué nos sucede? Sencillamente que no aprendimos y entonces, repetimos una y otra vez. Si aprendemos, podremos elegir no repetir. ¿Qué podemos hacer para aprender? Lo primero es hacernos parte, involucrarnos en la situación y observar. Mirarnos para adentro aún más que al afuera. Entender-nos: qué pensamos, sentimos y cómo actuamos. Comprender qué motiva ese comportamiento, esa cognición y esa emoción. Ser protagonistas requiere un locus de control interno -atribuir a uno mismo la capacidad de resolver e ir por lo que nos es valioso-. Es una estrategia para salir de la víctima pasiva, que aporta estrés al sistema. La víctima tiene un locus de control externo, es el entorno quien le hace. Sencillamente se minimiza y coloca el poder en el afuera. Desde la psicología sabemos que es la autoconsciencia lo que nos permite hacernos cargo. Al hacernos cargos podremos elegir y cambiar lo que sea. Es necesario definir qué es importante para uno y qué queremos positiva y específicamente, alcanzar. Digamos qué, cómo y cuándo. Se trate de un cambio, un estado, una cosa, una relación…, lo que sea. Es observar cada situación desde una mirada compasiva con uno mismo y los demás. Cabe hacer un paréntesis para recordar que juzgamos a los demás por lo que hacen y a nosotros mismos por las intenciones. Lo cual a priori, pareciera que nos deja bien parados, pero, en realidad nos aporta mayor vulnerabilidad. La postura crítica destructiva lo único que aporta es sufrimiento. Y es el que critica el más afectado. Todo el sistema se altera y se estresa: lo físico, lo emocional y lo cognitivo. Cuando el sistema se estresa, aparecen los trastornos, las disfunciones y las enfermedades en el cuerpo-mente, en las relaciones. Estos procesos se ven más alterados con los malos hábitos que tienden a acompañarlos y el combo está completo. Tenemos una bomba de tiempo que puede explotar aquí y ahora o en el futuro, cercano o lejano. El entorno también será afectado y serán los más queridos y cercanos, los más intoxicados. ¿Cómo el aprendizaje transforma este proceso y lo empodera? Cuando aplicamos reflexión y paulatinamente aumentamos la propia consciencia, nos responsabilizamos. Al hacerlo tendremos la capacidad de elegir. Con mayor consciencia, responsabilidad y eligiendo, activamos el circuito de la motivación-recompensa. Desde ese lugar, la calidad de vida mejora. El cuerpo-mente se beneficia de hormonas del bienestar y nos empoderamos. Todo lo cual, nos aporta también libertad. A días de terminar un año, podremos elegir celebrarlo desde el aprendizaje. Pasaron muchas cosas, algunas nos aportaron bienestar y felicidad, por lo tanto, salud. Otras, nos afectaron y hasta nos golpearon, más o menos fuerte, por lo que nos sentimos tristes y hasta agobiados. Es un buen momento para repasar el año con una mirada reflexiva, con una postura de aprendizaje. ¡Siempre se puede aprender! Luego elegimos si reforzar o eliminar y transformar-nos. Transitar ese viaje de memorias aprendiendo, también nos empodera porque creceremos. Es un proceso constante y continuo. Con más consciencia, es posible soñar el nuevo año siendo protagonista de la propia vida. Cada vez con más certeza que hay cosas que son propias y otras que no, cosas que dependen de uno y otras que no. Con la mayor claridad cada vez, aplicando esfuerzo y disciplina, tu cuerpo, tu mente y tu espíritu, se dirigirán hacia lo que definiste importante para ti. Y pareciera que aparece la magia. Es que hacemos que suceda. Si en algún momento o situación sentís que no podes, pedí ayuda y cuanto antes, mejor. Que el nuevo año sea de aprendizaje continuo y crecimiento constante para avanzar en tu propio bienestar mente-cuerpo e impactar positivamente en tu vida deseada y tu entorno. Transitarlo con consciencia, responsabilidad y compromiso, te abre las puertas a ser tú en esencia, lo cual desde el inicio del proceso aumenta tu bienestar, paz y felicidad. La mejor manera es probarlo.
¿Qué son las creencias limitantes y por qué nos obstaculizan en la vida?
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”Cada ser humano nace con una historia. Las creencias forman parte de lo que heredamos y al mismo tiempo las construimos. Se integran para ser parte de la propia identidad. Comprender cómo utilizarlas a nuestro favor nos conduce a ser más felices.”,”title_content”:{“component”:”hc_title_image”,”id”:”title-image”,”image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/10/1696022580116-1024×576.webp|658|1170|999960291″,”full_screen”:false,”full_screen_height”:””,”parallax”:true,”bleed”:””,”ken_burn”:””,”overlay”:”transparent-dark”,”breadcrumbs”:false,”white”:true}},”section_5ZtkF”:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_5ZtkF”,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_vtfQF”,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_wp_editor”,”id”:”Xhugf”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”editor_content”:”¿Qué son las creencias? En términos generales, las creencias son ‘verdades que damos por hecho’. Son pensamientos, una suerte de ‘certezas’ sobre cómo somos, cómo son los demás y cómo es el mundo. Abarcan el pasado, el presente y el futuro. Se originan tanto a nivel consciente como subconsciente e incluso inconsciente. Algunas de ellas las heredamos y otras las construimos. ¿Cómo las heredamos? Las expectativas de los padres, el proceso de gestación, las creencias familiares, entre otras cosas, son parte del niño que llega a una familia particular. En adelante, se construyen a través de la experiencia, del aprendizaje en todos sus formatos. En ocasiones, ni siquiera sabemos de dónde provienen y por lo general, no las cuestionamos. Actúan en nosotros en forma automática.\n\nEn muchos casos son útiles para simplificar nuestra vida, sin la necesidad de estar pensando el qué y para qué de las muchas cosas que hacemos diariamente. Lo mismo podemos decir con lo que sentimos y pensamos. Las creencias son personales pero a la vez compartidas y pueden influir en la forma en que percibimos y experimentamos el mundo. Un ejemplo histórico de creencia limitante, fue la idea de que la Tierra era plana. Si nos trasladamos en el tiempo, la cantidad de energía que habrá implicado a los defensores y detractores de esta afirmación. Evidencias van y vienen y resulta que el mundo estaba dividido entre aquellos que aseveraban que la tierra era plana, los que no y los que dejaban lugar a la duda. ¿Sucede actualmente? Muchísimos son los asuntos que, basados en creencias, dividen y distancian a las personas. Con o sin evidencia es bastante común defender lo que creemos. Es como que nos fuera la vida justo porque se trata de temas relacionados a nuestra identidad.\n\nAdemás de la experiencia propia, de la educación, la cultura y la historia, aspectos filogenéticos y relativos a la especie son parte de la Información en nuestro ADN. Información que cada muchísimos años tiene transformaciones relativas a la adaptación, con el fin de la supervivencia.\n\nNuestras memorias personales contribuyen a nuestra identidad y están impregnadas de creencias. El ‘aquí v ahora’ está en cierta manera determinado por nuestras creencias. El futuro también se colorea de nuestras creencias, tanto las empoderadoras como las limitantes. Nuestras expectativas tendrán su base en lo que creemos. Como dijo Henry Ford, ‘Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”.\n\nTenemos creencias sobre la paz, la felicidad, las oportunidades y de los tantos aspectos que conforman la vida. Estas creencias moldean nuestra percepción, atención y comportamiento en general. Conocer nuestras creencias influye en nuestra libertad. Las mismas, afectan nuestra biología, tal como se evidencia en el efecto placebo y el efecto nocebo.\n\nLas creencias nos disponen a la acción o la no acción y elicitan estados mentales y emocionales. Las diversas creencias conforman y se organizan en sistemas psicológicos de creencias. Tienen la cualidad de ser consistentes cognitivamente, es decir, que siguen una lógica. Esa lógica o ‘explicación racional’ que le damos a las cosas es lo que nos permite estar convencidos de nuestras creencias. ¿Hasta cuándo? Hasta que no se demuestre lo contrario.\n\n¿Por qué defendemos nuestras creencias incluso si nos hacen daño? La respuesta es simple: nos brindan seguridad y por lo que hemos mencionado: forman parte de nuestra identidad. Las creencias limitantes son obstáculos que en muchas ocasiones, creamos nosotros mismos. Cuando sufrimos, cuando no nos entendemos a nosotros y a otros, cuando nos encontramos en un conflicto, estamos ante la invitación a revisar nuestras creencias. En ellas encontraremos información valiosa para iniciar el proceso de cambio.\n\n¿Se pueden realmente cambiar las creencias limitantes? Se puede. ¿Qué pensabas de la Navidad cuando eras niño? ¿Y ahora? Como estarás pensando, cambian por el devenir de la vida. También podemos cambiarlas con voluntad. El primer paso es detenernos y reflexionar para identificar nuestras creencias limitantes. Una vez conscientes de ellas, podemos buscar el significado que tuvieron hasta ese momento. Para entonces elegir nuevas creencias que nos sean funcional y positivas. Esto implica instaurar nuevos hábitos cognitivos, emocionales y conductuales que respalden las nuevas creencias. Cuando el proceso tiene éxito simplemente hacen parte de nuestro repertorio cognitivo, conductual y emocional.\n\nSon tan relevantes las creencias que las mismas son centrales en los procesos psicológicos y programas de desarrollo. Reconocidos referentes de la psicología han creado instrumentos diagnósticos y planes de tratamientos para intervenir justamente en las creencias. ¿Para qué? Para crear salud, bienestar y felicidad.”},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/que-son-las-creencias-limitantes-y-por-que-nos-obstaculizan-en-la-vida–20231015029″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/10/1696022580116-1024×576.webp|658|1170|999960291″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
9 Tips para una autoestima positiva
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”La autoestima impacta en nuestras relaciones, en la salud y en el éxito a lo largo de la vida. 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Es contagiosa, especialmente para personas que de alguna manera “dependen” de uno, como los hijos. Influye en la forma en que nos percibimos y, por lo tanto, en nuestra autoimagen. Puede ser positiva o negativa, siendo la primera un predictor de bienestar y éxito. La autoestima positiva también se vincula con buenas estrategias de afrontamiento y capacidad de resiliencia. Es un factor protector antes los vaivenes de la vida y anticipa buen pronóstico de salud física y mental.\n\nPor otro lado, alguien con baja autoestima, tiende a sufrir de diversas formas e incluso a enfermar. Como sabemos, el cuerpo-mente son dos componentes de una misma cosa y ambos se interconectan e inter-influyen. Una persona con baja autoestima, tenderá a tener una valoración negativa de sí misma y de sus posibilidades.\n\nAlgunos indicadores de baja autoestima:\n \n \t Centrarse en lo negativo \n \t Compararse constantemente con los demás \n \t Aspirar lo que tiene el otro porque es mejor \n \t Inseguridad propia \n \t Tendencia a buscar aprobación constante \n \t No animarse a ser auténtico \n \t Sentirse inferior \n \t Sentirse culpable \n \t Atribuir los aciertos a la suerte \n \t No atreverse a soñar en grande \n \t Desconfiar de las propias capacidades \n \t Envidiar a los demás o lo que los demás tienen \n \t Tirarse abajo \n \t Enfocarse en las propias carencias \n \t Visión negativa de uno mismo, de las posibilidades y del futuro \n \t Síntomas de ansiedad y/o depresión \n \nEn contraste, una persona con buena autoestima, soñará en grande y trabajará por sus metas y objetivos. Su sentido de autoeficacia será positivo con buen pronóstico de desempeño laboral y académico. Tenderá a valorarse positivamente y disfrutar de su seguridad. Las personas con autoestima positiva se relacionan consigo mismas y con los demás desde quienes son verdaderamente. Exponen sus opiniones sin temores y son capaces de atribuirse éxitos y errores. Son esas personas que aprenden de lo que funciona y lo que no. Tienden a ser alegres y contagiar su visión positiva de la vida. Se sienten satisfechos con sus vidas, consigo mismos y están dispuestos a ir por más. Lo más probable es que logren una buena gestión del estrés así como de las emociones en general. Saben que no son perfectos y un gran número de personas con elevada autoestima se ocupa de crecer y desarrollarse en forma permanente.\n\nLa autoestima es producto de experiencias, apegos y relaciones, tanto las tempranas como las generadas a lo largo de la vida. Es un proceso y puede tener oscilaciones durante las diversas etapas evolutivas, así como por los acontecimientos. En todos los casos, es posible accionar para aumentarla cada vez más.\n\n¿Cómo aumentar la autoestima?\n \n \t Auto-cuidado físico, cognitivo y emocional \n \t Pensar en positivo – cambiar cada pensamiento negativo \n \t Elegir relaciones que aportan positivamente \n \t Ser amigable con uno mismo, decirse cosas lindas y cariñosas \n \t Enfocarse en los aprendizajes \n \t Autogestionarse \n \t Ser proactivo \n \t Diseñar metas y objetivos específicos, positivos, realistas y desafiantes \n \t Integrar la propia vida tanto en las diversas áreas en el tiempo \n \nQuerernos a nosotros mismos es clave. Dedicarnos tiempo para lo que nos hace bien, invertir en eso que disfrutamos y orientarnos en ser cada vez más nuestra esencia, no solo aportará a nuestra autoestima positiva sino también a nuestra felicidad.”},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/nueve-tips-para-una-autoestima-positiva-202381915380″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/08/1692470463534-1024×683.webp|780|1170|999960252″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
La asertividad es una garantía de éxito y la gran noticia es que se aprende
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”La asertividad es una de esas habilidades blandas que se relaciona con equilibrio y que es cada vez más requerida y solicitada en ámbitos empresariales y sociales. 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A nivel popular, asertivo es aquel que logra expresarse en forma clara y respetuosa. Desde la psicología, entendemos que es un concepto operacionalizable, es decir puede ser observado, registrado y medido a través de indicadores. Esta habilidad ha sido estudiada durante muchos años y está relacionada con diversas conductas que sirven como indicadores, además de relacionarse con valiosas capacidades como la gestión emocional, la forma de reaccionar y la comunicación.\n\n¿Qué es la asertividad para la psicología?\n\nSalter la definió como un rasgo de personalidad que poseen algunas personas, y unos años después, Wolpe y Lazarus la relacionaron con la capacidad de expresar los derechos y los sentimientos. Lo destacable es que, desde de su definición hasta la actualidad, tenemos la evidencia que la asertividad es una habilidad que puede ser entrenada. Es decir, una persona puede ser per se asertiva y seguir desarrollando esta habilidad, así como no serlo y desarrollarla desde cero. Además, es posible ser asertivo en ciertas áreas y no en otras.\n\nLa asertividad está estrechamente relacionada con la comunicación y, por lo tanto, con la capacidad de expresarse y escuchar. Una persona asertiva es aquella que logra transmitir sus pensamientos, sentimientos y opiniones de manera clara y respetuosa, tanto consigo misma como con los demás. Se trata de personas que logran escuchar y articular ‘la mirada del otro’ con la suya a la vez. No dejan de tenerse en cuenta a sí mismos ni a los demás. En las negociaciones se reconocen porque buscan el ganar-ganar, a través de soluciones integrativas y potenciadoras, evitando imposiciones o victimizaciones. Destacan por no ser agresivas, ni pasivo-agresivos, ni pasivos. Escuchan activamente sin juzgar ni interrumpir, logran comprenderse y comprender a los demás. A su vez, son capaces de recibir críticas constructivas, escuchan lo que los demás tienen para decirles sin tomarlo como la verdad absoluta ni negarlo. Logran evaluar y reflexionar sobre el mensaje y son de esas personas que no toman las cosas personalmente.\n\nAlgunos indicadores de falta de asertividad son la victimización, el aislamiento social, la pérdida de autocontrol y de autogestión emocional. Todo lo cual genera malestar, sufrimiento, así como la pérdida de oportunidades a nivel social, laboral y relacional en general. No ser asertivo afecta las relaciones y disminuye la autoestima. A la vez, favorece la agresividad, la ira y la frustración. Genera dependencia emocional y es propenso, así como susceptible a la manipulación. Condiciones que aumentan el estrés y la ansiedad, limitando el bienestar.\n\n¿Cuáles son algunos de los beneficios de la asertividad?\n \n \t Mayor confianza \n \t Aumento de autoestima \n \t Más autoconocimiento \n \t Mejores relaciones interpersonales \n \t Respeto hacia uno mismo y los demás \n \t Oportunidades de desarrollo \n \t Bienestar \n \t Tranquilidad \n \t Mejora de la gestión emocional \n \t Más felicidad \n \nLa asertividad es una habilidad que se puede aprender y entrenar. Es especialmente importante apoyar su desarrollo durante la adolescencia, en momentos de cambios significativos y en situaciones de crisis. En oportunidades, con la simple decisión y manos a la obra, alcanza. En otros casos, es importante recurrir al apoyo de profesionales. El entrenamiento en asertividad es relativamente corto y, como mencionamos, los beneficios son muchos y valiosos.\n\nTips para aumentar la asertividad:\n \n \t Al expresar tus opiniones y sentimientos, habla en primera persona y de forma clara. \n \t Tené en cuenta las opiniones y sentimientos del otro. \n \t Evitá juzgar y criticar. \n \t Preguntá en lugar de suponer. \n \t Reflexioná antes de responder ‘si’ o ‘no’. \n \t Ante el rechazo, pensá constructivamente y no lo tomes como algo personal ni como desvalorización. \n \t Aprendé de las situaciones para crecer y mejorar. \n \t No intentes continuamente ‘encajar’ y complacer a los demás, al hacerlo dejas de respetarte y perdés el respeto y la valoración de los demás. \n \t No ‘sigas la ola’ y despotriques o critiques por detrás. \n \t Escuchá al otro. \n \t Buscá soluciones donde ganes tú y los demás. \n \nPor sobre todo, recorda que no somos seres perfectos ni acabados, y que tenemos constantemente la oportunidad de crecer.”},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/la-asertividad-es-una-garantia-de-exito-y-la-gran-noticia-es-que-se-aprende-20237305010″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/08/1690586179409-1024×682.webp|779|1170|999960239″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
¿Para qué el coaching de equipos?
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El coach de equipos desempeña un rol específico y su intervención varía según las etapas y momentos del equipo en cuestión.\n\nCada proceso de coaching de equipos es único, debido a que se diseña de manera personalizada para un equipo en particular con metas determinadas. Se realiza un diagnóstico y se crea un programa customizado que incluye diversas intervenciones, en las cuales participan todos o algunos de los miembros del equipo. Además, el líder del equipo tiene diferentes formas de participación.\n\n¿Para qué el coaching de equipos?\n\nEl coaching de equipos es indicado tanto para la formación de un equipo, para adaptarse a cambios deseados o imprevistos, para lograr más y mejores resultados, para aumentar el compromiso y la confianza, para garantizar que las cosas pasen, para crecer, aprender, crear, innovar y convertirse en un equipo de alto rendimiento.\n\nEl coaching de equipos se utiliza para que los roles sean asumidos, los avances se midan y los resultados sean positivos. A medida que el proceso avanza, el propio equipo consolida su forma de trabajo, establece acuerdos, diseña estrategias, aborda y resuelve conflictos, y alcanza resultados.\n\nAl igual que el coaching individual, el coaching de equipos se basa en la ampliación de la consciencia, la responsabilidad, la acción y el aprendizaje. Un equipo que aprende es un equipo que crece y contribuye al crecimiento de cada uno de sus miembros. Se expande más allá de sus límites iniciales y comprende que no tiene límites. Juntos, transitan un proceso iterativo continuo.\n\nComo mencioné en mi columna de la semana pasada: “Entre el control y la confianza se juega el liderazgo”, un equipo está conformado por al menos dos personas, que comparten objetivos comunes, tanto en términos de resultados como de procesos, y tienen una forma característica de hacer las cosas. Así, un equipo de alto desempeño se distingue por su escucha activa, por tener una comunicación interna y externa alineada y activa, confianza ante todo y en cada uno, responsabilidad compartida tanto en los éxitos como en los fracasos, una colaboración sólida, alta flexibilidad y adaptabilidad. Sus miembros son autónomos y generan un ambiente de seguridad entre ellos y hacia el exterior. Son capaces de reconocer errores y reconfigurarse cuando es necesario para el bien común. Se enfocan en su propósito, en la obtención de resultados y en la vivencia de sus valores. Por eso, los vínculos son sólidos y los sentimientos son expresos. Son equipos que se destacan por su capacidad de innovación.\n\n¿Qué se necesita para que el coaching de equipos sea exitoso y vaya aún más allá de lo esperado?\n \n \t Un equipo comprometido. \n \t Un líder que esté transite el proceso con convicción o, al menos, con confianza. Cuando se inicia un proceso por primera vez, la confianza es esencial, incluso cuando se trata de algo nuevo. Es necesario que el líder invierta tiempo y esfuerzo en su rol para que las cosas realmente sucedan. \n \t Miembros dispuestos a transitar el proceso. Para ello, se requiere un coach experto capaz de lograr adhesión y participación. \n \t Un coach o coaches especializados en la facilitación de equipos. \n \t Objetivos claros, en términos de resultado y de proceso. \n \t Un trabajo conjunto con compromiso de todos los involucrados. \n \nEl proceso de consolidación de un equipo atraviesa diversas etapas, cada una de las cuales requiere una forma particular de intervención y un rol específico por parte del coach. A diferencia de otros tipos de coaching, el coach de equipos puede ser parte activa del equipo en ciertos momentos y mantener cierta distancia en otros momentos. Es un interjuego muy poderoso, que requiere una observación integral, que tiene que ver con performance, es recomendable la participación de un segundo coach con expertise, que pueda observar desde una perspectiva aparentemente más pasiva. Este segundo coach contribuirá en el diseño del proceso, en cada sesión, en las reflexiones y aprendizajes, y realizará intervenciones puntuales de alto impacto.\n\nPara que el coaching de equipos sea un proceso de coaching verdaderamente ético y profesional, se requiere la participación de profesionales certificados y con experiencia, que además supervisen su trabajo y tengan un equipo para co-crear. Es necesario y recomendable que aquellos que decidan embarcarse en un proceso de coaching se informen y tengan referencias sobre la calidad y los resultados del trabajo de los profesionales. Como en cualquier otro ámbito, el conocimiento y la implicación en la contratación serán clave para el éxito.“},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/para-que-el-coaching-de-equipos–2023795010″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/07/1688766765702-1024×682.webp|779|1170|999960137″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
Entre el control y la confianza se juega el liderazgo
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Para confiar tiene que existir compromiso, lo cual, entre otras cosas, define un estilo de liderazgo.\n\n\nEste equipo gerencial está de acuerdo en la importancia de educarse para hablar el mismo lenguaje. ¿Qué se logra cuando un equipo y una organización hablan el mismo lenguaje? Se logra alineación, enfoque y una forma compartida de hacer las cosas que respeta los valores fundamentales definidos y elegidos por ellos. ¿Los problemas dejan de existir? Obviamente, ni los problemas ni los conflictos desaparecen. Lo que sucede es que no se desperdicia energía, los conflictos se abordan ‘just in time’ y se consideran oportunidades, lo que permite que las soluciones fluyan.\n\nLos negocios, los equipos y las personas crecen y comparten una experiencia positiva incluso en momentos difíciles. Las personas se sienten realizadas y motivadas. Existe confianza porque cada miembro del equipo ‘compra’ lo que es promovido y co-creado por sus líderes. Cada persona se compromete a garantizar los resultados del sistema en el que participa.\n\nPara que todo esto suceda, se necesitan equipos y, obviamente, líderes. Tengamos en cuenta que un equipo está conformado por al menos dos personas. Por eso es que una familia, un equipo deportivo así como empresarial, pueden ser considerados equipos. Para merecer tal definición, tendrán que tener objetivos comunes tanto en términos de resultados como de procesos, con una forma de hacer las cosas que los caracteriza. Un equipo se construye a través de un proceso que transita diversas etapas y va más allá de la suma de las partes. \n\nLos equipos comparten valores y los resultados que obtienen juntos son mayores que los que un miembro individualmente podría alcanzar. No confían únicamente en “jugadores estrella”, es más, no sería esperable que existan estrellas sino que todos y cada uno aporta desde sus propias características y personalidades. Se valora la diversidad, ya que es parte de lo que construye una visión robusta y original. Existen roles que son complementarios, y en ocasiones, flexibles. Un equipo tiene un propósito definido por el para qué hacen lo que hacen.\n\nUn equipo tiene un propósito definido que explica el por qué hacen lo que hacen.\n\nLíder es quien garantiza que pase lo mencionado anteriormente. Valida a las personas y aporta lo necesario para que todos crezcan. Sin embargo, solo podrá lograrlo si comienza por sí mismo. Ningún ser humano puede dar lo que no tiene y, de todas formas, nos relacionamos con los demás desde quien somos, con nuestra forma de pensar, sentir y hacer. Por eso y para eso, es tan necesario que quien aspira a ser líder o entiende serlo, constantemente se mire dentro y esté comprometido en su propio autoconocimiento. De la misma manera que educamos a nuestros hijos desde quienes somos, dirigimos o lideramos a quienes son parte de nuestro grupo o equipo. Solo al conocer nuestras propias fortalezas y recursos, los pondremos a disposición de los demás. ¿Para qué les sirven a los otros nuestros recursos? Para complementarse, crecer y tener la oportunidad de brillar. Este aspecto no es solo esperable en un líder sino necesario. \n\nDe la misma manera, es necesario reconocer las propias debilidades, las cuales prefiero llamar ‘oportunidades de mejora’. Solo con este autoconocimiento es posible actuar con libertad. De lo contrario, actuaremos como títeres de nuestros propios impulsos, carencias, creencias limitantes y formas de hacer, sentir y ser, que no elegimos. Nadie es capaz de cambiar aquello que no ve, aquello de lo que no se es consciente. ¿Qué sucede entonces? Activamos comportamientos que nos generan malestar y sufrimiento tanto a nosotros mismos como a quienes nos rodean.\n\nEl enfoque mando-control-sanción es opuesto al liderazgo. ¿Es el liderazgo la clave para generar compromiso? Sin lugar a dudas, y para ser líder, es indispensable estar comprometido primero con nuestro propio desarrollo. Solo así se desplegará plenamente la intuición, secreto del éxito de tantos líderes. Solo así se desplegará una creatividad inimaginable, que levante la mano el líder que no la quiera. Solo así su SER se expandirá y, con ello la autorrealización. \n\nPero aún queda un paso más: se trata de la trascendencia.\n\nCreo firmemente que todos tenemos una misión y que podemos trascender nuestros límites, conectar con nuestro ser espiritual y expresar esta esencia desde quienes somos y en lo que hacemos.“},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/por-que-se-resiste-el-cambio–202362316340″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/07/1688160062413-1024×768.webp|878|1170|999960127″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
Liderazgo: claves del feedback eficiente
Recibí la llamada del director de un área muy preocupado porque sus colaboradores estaban enojados con su feedback, consideraban que había sido injusto y hasta traicionero. Estaba muy desconcertado porque, según él entendía, había sido benévolo y además su intención era impulsar crecimiento. ¿Qué había pasado? ¿En qué se había equivocado? Tenía claro que no había logrado impulsar crecimiento sino generar enojo, frustración, baja en el compromiso y la productividad. Necesitaba entender y actuar rápido. Una investigación de Jack Zenger y Joseph Folkman, publicada en la Harvard Business Review, realizada a más de 50.000 ejecutivos, concluyó que “los líderes que se ubicaron entre el 10% más alto en solicitar retroalimentación fueron calificados, en promedio, en el percentil 86 en la efectividad general del liderazgo”. Cuando las personas trabajan en un ambiente seguro, estimulante y de respeto, están más saludables y felices, lo que repercute en el clima, los resultados personales y organizacionales, generando el círculo virtuoso al que todos aspiramos y el cual tiene varias aristas. Una de ellas es el feedback, el cual está directamente vinculado al compromiso y la productividad. ¿Qué debía hacer el director en cuestión para actuar rápido? La respuesta se vincula con los aspectos de un feedback eficiente: Primero que todo, generá con cada uno de tus colaboradores un ambiente de seguridad y confianza Mantené retroalimentación permanente y periódica Diseña objetivos con indicadores de resultados y comunicaselos Asegurate que tu colaborador recibió exactamente el mensaje que queres darle Que tu retroalimentación sea orientada al futuro y basada en aprendizajes Prepará lo que vas a decir para que tu mensaje sea constructivo y positivo, aún conmalas noticias. Se concreto y especíco, poné ejemplos de cómo, cúando y dónde, pudiste constatar lo que estás comunicando Asegurarte que tanto vos como la persona están en buen estado al momento de mantener la conversación de feedback Al iniciar la conversación, preguntale a tu colaborador sobre su autofeedback Se directo Asegurate que tu mensaje responda a los objetivos que acordaron Se modelo, escuchá, hablá con respeto y agradecé Estimula desarrollo a través de nuevos objetivos Asegurate de compartir conocimiento La investigación de Zenger y Folkman también reveló que el 62% de los líderes se calificaron como altamente eficaces para proporcionar feedback honesto y directo, mientras que el 60% de los colaboradores refirieron que no habían recibido feedback siquiera útil. Hay una brecha grande, ¿no? Lo que pasa es que en ocasiones los gerentes no han desarrollado la habilidad para proporcionar eficaz retroalimentación. Esta no es una habilidad innata, ¡se aprende! El feedback es una habilidad indispensable que los líderes deben desarrollar y siendo una de las responsabilidades del liderazgo. Es fundamental para: Enmarcar las evaluaciones de rendimiento efectivas Implementar planes de desarrollo Absolutamente necesario para comprometer, motivar e inspirar Generar flexibilidad Promover continuo deseo de aprender y desarrollarse Invita a asumir tareas más complejas o difíciles Es un ingrediente fundamental del buen coaching El director de esta historia y otros líderes que conozco, al practicar el feedback efectivo obtienen resultados extraordinarios que impactan en sus colaboradores, el negocio y mucho más en sí mismos. Si aún no das feedback o consideras que podes mejorarlo, te invito a que comiences y midas el impacto. Te asombrarás de los rápidos resultados que irán más allá de lo mencionado en esta columna. Sería genial para mí saber de tu impacto: ¿me lo haces saber? Artículo en El Observador