Estoy en Brasil, en un hermoso lugar lleno de sol, frutas, morros y playas! Me invitaron a conversar con ejecutivos sobre los Recursos Humanos Estratégicos, con el fin de compartir prácticas que inspiren a transformar. Y comenzando a preparar esta capacitación, agradezco a la ICC, a Joseph O´Connor y Andrea Lages, por enseñarme una herramienta tan poderosa para apoyar los cambios que las personas, los equipos y las organizaciones aspiran. Gracias también a cada uno de mis clientes, personas y organizaciones, que me enseñan constantemente y son fuente de inspiración y desarrollo. El área de recursos humanos avanza en un proceso de transformación desde que en sus inicios se constituyera como área de personal donde las tareas se concentraban en temas de administración. Desde una era industrial donde se requería el mando y control, con organización vertical y una dirección centrada en el control de tareas claras y sincronizadas. A la dirección de personas, orientada en resultados, con un liderazgo participativo caracterizado por el empowerment, donde las estructuras son más horizontales, con un claro enfoque en el talento y el desarrollo, donde se requiere delegación y responsabilidad. En esta actualidad se necesitan espacios colaborativos de compromiso compartido donde el trabajo en equipo es otra de las claves. La flexibilidad, empatía, negociación y en definitiva una orientación a las relaciones, concentrándose en la valorada inteligencia emocional, es lo que destaca. Es así que es considerado líder, quien cuida de las personas, da valor a las relaciones, destina tiempo a sus colaboradores, y además de ocuparse de dar resultados, logra articular los intereses y motivaciones de las personas y la organización. Con interés honesto, congruente y sincero, se involucra desde su ser, apoya el despliegue del talento, influye positivamente, promueve cambios y por sobre todo, sustenta en valores sus prácticas, procesos y relaciones. En este rol Recursos Humanos como elemento clave y estratégico en las organizaciones, agrega funciones centrales que van mucho más allá de la administración de personal. En la actualidad es un elemento crítico para generar competitividad y añadir valor. En procesos de cambios continuos, la innovación y la anticipación son claves, siendo las personas el centro de las organizaciones que avanzan y que por tanto son exitosas y permanecen. El cambio caracteriza nuestro mundo actual. La tecnología, nuevos intereses, la valentía de vivir los valores, la alta velocidad de los negocios y de las carreras profesionales, entre otros aspectos, ofrecen constantes desafíos a las personas y a las empresas. La tecnología nos proporciona grandes ventajas en relación a la interacción digital, a la reducción de tiempos, alcance in time de la información, y a la vez, nos exige estar más atentos a la relación entre las personas, ser más perceptivos, expertos en comprender y empatizar. La participación genera compromiso y favorece que las personas nos sintamos parte, nos hagamos dueños de objetivos, procesos y resultados. Y cuando se articulan valores personales con organizacionales, se destaca la proactividad y la innovación. La formula participación-compromiso, permitir co crear e implicarse en el ser – hacer y saber. En los cimientos del avance está el aprendizaje, elemento central que desde una visión de recursos humanos estratégicos, favorece que las personas y las organizaciones aprendan, evolucionen y se anticipen. Instalar el aprendizaje como parte de la cultura, genera un cambio estructural que fomenta una mirada positiva enmarcada en procesos de desarrollo y promoción de salud. El Coaching ICC es una herramienta profesional actualizada a las necesidades de las personas y las organizaciones, logrando amalgamar intereses y valores. Promueve una cultura de aprendizaje generando compromiso, responsabilidad y acción. Desde el inicio, un proceso de Coaching ICC genera cambios y promueve creatividad, innovación y fundamentalmente alineación con los valores. Vivir un proceso de Coaching ICC así como recibir la formación, es “un antes y un después”. Así lo es en mi vida, un camino que no acabará nunca y que me permite ser cada vez más quien quiero ser. Esto me entusiasma y me genera una energía increíble para seguir avanzando. Generando un proceso de transformación en el ser, saber y hacer. Transformación positiva que promueve ser la mejor versión de las personas, los equipos y las organizaciones.
Bacterias intestinales: bienestar y salud
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Respecto a la microbiota y su relación con la salud y diversas enfermedades, existen hallazgos que ofrecen cada vez más información para la intervención y la prevención. Estoy convencida que la salud, el bienestar y la felicidad se logran a través del cuidado personal, y el conocimiento es un factor necesario. ¿Cómo implementar prácticas y hábitos de cuidado si no conocemos? Desde el desconocimiento podemos creer que nos cuidamos y sin embargo, estar haciendo lo contrario.\n\nAvanzando en la microbiota, sabemos que el 90 % de la serotonina se produce en el intestino. El hecho que la serotonina y otros neurotransmisores tengan tal presencial en el intestino da cuenta de la importancia del eje intestino-cerebro. Eje que incide en forma directa en la salud física, mental y emocional.\n\nLas evidencias proporcionadas por la investigación son contundentes respecto al valor de las bacterias intestinales en nuestro bienestar y felicidad.\n\nLa serotonina es un neurotransmisor y una hormona, ambos mensajeros del cuerpo. La serotonina en concreto incide en el estado ánimo y en las emociones así como también en la cognición. Impacta directamente en la atención y la concentración. Ejerce funciones en la temperatura corporal, el sistema gastro intestinal, las emociones, el estado de ánimo y la conducta, entre otros.\n\nAlteraciones en los niveles de serotonina, afectan el humor, generan labilidad emocional y su descenso está presente en la depresión, la ansiedad, la ira, la fatiga, el insomnio, entre otros.\n\nLa microbiota ejerce importantes funciones a nivel de las defensas del organismo, la nutrición y la conducta. Yolanda Sanz, investigadora, profesora y líder de unos de los proyectos más destacados en el mundo, sobre el microbioma humano, afirman que las bacterias intestinales producen neurotransmisores como la dopamina y la serotonina.\n\nExisten bacterias presentes en personas saludables, así como algunas ausentes en patologías. Está probado que los microbios intestinales, influyen en el comportamiento y la conducta. Por eso la fuerte relación entre estos microbios y la salud mental.\n\nSalud mental no es solamente ausencia de patologías psicológicas o psiquiátricas. Salud mental es bienestar psicológico y emocional. Nos atañe a todos y ocuparse del cuidado de la microbiota es cuidar la salud mental e integral.\n\nPara un microbioma sano es necesaria una buena nutrición así como el ejercicio y el sueño. Pero no alcanzan. Podremos alimentarnos en forma saludable, ejercitarnos diariamente pero: si vivimos en estrés, ansiedad o inestabilidad emocional, relaciones tóxicas, así como con quejas, juicios, pensamientos o interpretaciones negativas, la microbiota estará lamentablemente alterada. Y su alteración tiene consecuencias ya sean inmediatas o a largo plazo.\n\nEl ambiente entra en el cuerpo-mente y lo transforma. Todo lo que acontece en nuestro ambiente así como lo que generamos, nos afecta e impacta. La mente-cuerpo es un sistema integrado al entorno.\n\nEs necesario ocuparnos personalmente de nuestro bienestar emocional. ¿Qué hacer para lograrlo? ¡Mucho podemos hacer, mucho está en nuestras manos! Y mucho no es sinónimo de complejo: desde pequeñas cosas hasta la instalación de nuevos hábitos o la generación de nuevas situaciones de vida.\n\nHe compartido en anteriores artículos acerca la importancia de: sonreír, respirar por la nariz, tener una postura erguida, practicar la amabilidad y agradecer, entre otras muchas cosas. Parecería por lo tanto más simple que complejo realizar pequeñas grandes prácticas. Lo cual adquiere una relevancia especial, al conocer las grandes repercusiones de cada una de estas conductas, en la propia salud y felicidad.\n\nEl contacto con la naturaleza tiene una incidencia positiva muy valiosa. Así como los pensamientos positivos. Tengamos en cuenta que vemos el mundo como somos, por lo que, nuestras interpretaciones juegan un gran partido. La serotonina tiene su lugar, la evidencia da cuenta que la disminución en sus niveles favorece pensamientos negativos.\n\nLos pensamientos pueden parecer intrusivos y, en ocasiones, incluso dar la sensación de ser incontrolables; sin embargo, lo son. Somos seres que estamos dotados y tenemos la capacidad de gestionar pensamientos y emociones. Para lograrlo, se requiere de dedicación, voluntad y constancia.\n\nLa investigación da cuenta que podemos incidir en nuestra salud y aumentar los propios niveles de serotonina. Tenemos la posibilidad de cuidar nuestra salud microbiana. Se trata de transitar un proceso en el cual pongamos en práctica herramientas probadamente útiles: técnicas de relajación, participar de actividades que favorecen el autoconocimiento y la mayor consciencia de uno mismo. Lo cual nos da la oportunidad de modelar nuestros pensamientos, emociones y acciones.\n\nLa salud integral y a largo plazo es viable con conocimiento, involucramiento personal y compromiso. 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Bienestar y Aprendizaje
Somos seres integrales y sistémicos. Lo cual implica que todo tiene que ver con todo. Nuestros sistemas del cuerpo están íntimamente relacionados, son interdependientes. Lo mismo sucede con la mente y con la relación mente-cuerpo. Nada trabaja en solitario y los impactos en una pequeña parte del sistema, alcanza el todo. Así funciona nuestro sistema hacia adentro del mismo y hacia el afuera. El entorno influye en cada sistema. Entre el entorno y la carga genética, se transforma nuestro fenotipo. Ya lo hemos mencionado en artículos anteriores, nuestras experiencias reales o imaginarias, transforman el propio ADN. Cada persona tiene su estilo de afrontamiento -capacidad para desplegar estrategias cognitivas, emocionales, conductuales para resolver las demandas internas o externas-. En ocasiones esta capacidad de afrontamiento se ve desbordada y es posible que creamos que no podemos transitar el proceso con resolución exitosa. Incluso, podríamos creer que no tenemos la capacidad, la motivación o las herramientas suficientes. ¿Quién no ha sentido alguna vez, que no puede con esto o aquello? Es parte de la vida. Interesante tener en cuenta que somos seres con grandes capacidades, que podremos transitar estados de fragilidad. Considerar estados de instabilidad en lugar de ser debilitarnos, nos coloca en un lugar de mayores posibilidades. Para lograr bienestar, que en definitiva es calidad de vida, existe una clave que hace la diferencia: aprender. ¿Para qué es importante aprender? Dicen que los seres humanos somos los únicos que tropezamos con la misma piedra. Si bien es un dicho popular y vaya a saber de dónde surge, cada uno en la propia vida damos cuenta de ello. ¿Qué nos sucede? Sencillamente que no aprendimos y entonces, repetimos una y otra vez. Si aprendemos, podremos elegir no repetir. ¿Qué podemos hacer para aprender? Lo primero es hacernos parte, involucrarnos en la situación y observar. Mirarnos para adentro aún más que al afuera. Entender-nos: qué pensamos, sentimos y cómo actuamos. Comprender qué motiva ese comportamiento, esa cognición y esa emoción. Ser protagonistas requiere un locus de control interno -atribuir a uno mismo la capacidad de resolver e ir por lo que nos es valioso-. Es una estrategia para salir de la víctima pasiva, que aporta estrés al sistema. La víctima tiene un locus de control externo, es el entorno quien le hace. Sencillamente se minimiza y coloca el poder en el afuera. Desde la psicología sabemos que es la autoconsciencia lo que nos permite hacernos cargo. Al hacernos cargos podremos elegir y cambiar lo que sea. Es necesario definir qué es importante para uno y qué queremos positiva y específicamente, alcanzar. Digamos qué, cómo y cuándo. Se trate de un cambio, un estado, una cosa, una relación…, lo que sea. Es observar cada situación desde una mirada compasiva con uno mismo y los demás. Cabe hacer un paréntesis para recordar que juzgamos a los demás por lo que hacen y a nosotros mismos por las intenciones. Lo cual a priori, pareciera que nos deja bien parados, pero, en realidad nos aporta mayor vulnerabilidad. La postura crítica destructiva lo único que aporta es sufrimiento. Y es el que critica el más afectado. Todo el sistema se altera y se estresa: lo físico, lo emocional y lo cognitivo. Cuando el sistema se estresa, aparecen los trastornos, las disfunciones y las enfermedades en el cuerpo-mente, en las relaciones. Estos procesos se ven más alterados con los malos hábitos que tienden a acompañarlos y el combo está completo. Tenemos una bomba de tiempo que puede explotar aquí y ahora o en el futuro, cercano o lejano. El entorno también será afectado y serán los más queridos y cercanos, los más intoxicados. ¿Cómo el aprendizaje transforma este proceso y lo empodera? Cuando aplicamos reflexión y paulatinamente aumentamos la propia consciencia, nos responsabilizamos. Al hacerlo tendremos la capacidad de elegir. Con mayor consciencia, responsabilidad y eligiendo, activamos el circuito de la motivación-recompensa. Desde ese lugar, la calidad de vida mejora. El cuerpo-mente se beneficia de hormonas del bienestar y nos empoderamos. Todo lo cual, nos aporta también libertad. A días de terminar un año, podremos elegir celebrarlo desde el aprendizaje. Pasaron muchas cosas, algunas nos aportaron bienestar y felicidad, por lo tanto, salud. Otras, nos afectaron y hasta nos golpearon, más o menos fuerte, por lo que nos sentimos tristes y hasta agobiados. Es un buen momento para repasar el año con una mirada reflexiva, con una postura de aprendizaje. ¡Siempre se puede aprender! Luego elegimos si reforzar o eliminar y transformar-nos. Transitar ese viaje de memorias aprendiendo, también nos empodera porque creceremos. Es un proceso constante y continuo. Con más consciencia, es posible soñar el nuevo año siendo protagonista de la propia vida. Cada vez con más certeza que hay cosas que son propias y otras que no, cosas que dependen de uno y otras que no. Con la mayor claridad cada vez, aplicando esfuerzo y disciplina, tu cuerpo, tu mente y tu espíritu, se dirigirán hacia lo que definiste importante para ti. Y pareciera que aparece la magia. Es que hacemos que suceda. Si en algún momento o situación sentís que no podes, pedí ayuda y cuanto antes, mejor. Que el nuevo año sea de aprendizaje continuo y crecimiento constante para avanzar en tu propio bienestar mente-cuerpo e impactar positivamente en tu vida deseada y tu entorno. Transitarlo con consciencia, responsabilidad y compromiso, te abre las puertas a ser tú en esencia, lo cual desde el inicio del proceso aumenta tu bienestar, paz y felicidad. La mejor manera es probarlo.
La respiración tiene relación directa con las emociones y la cognición
El sentido del olfato está vinculado a diversas funciones cognitivas y emocionales. Aseguran las investigaciones que la respiración sirve como predictor de trastornos así como una gran oportunidad para la intervención. En los últimos años, investigadores a lo largo del mundo aseguran que el olfato es un sentido directamente implicado en diversas funciones cognitivas y emocionales además de las físicas y biológicas ya conocidas. La respiración oxigena y desintoxica el cuerpo-mente. Al respirar en forma nasal se regula la temperatura y humedad, además de evitar la entrada de patógenos. Nada de esto sucede en la inspiración bucal. Afirma Nazareth Castellanos que respirar en forma nasal o bucal tiene distintas implicancias. Siendo la nasal la respiración necesaria para una buena salud. La respiración oral, da cuenta de alguna disfunción o alteración que debe ser atendida. Sostener una respiración bucal es un síntoma, es importante averiguar el detonante para intervenir en forma adecuada. Es bien importante prestar atención a la propia respiración. ¿Cómo respiramos? Además de dar cuenta cómo se oxigena nuestro cerebro, tiene impacto directo en la mente. Cada persona puede intervenir en su respiración para conseguir mayor bienestar y también para gestionar los diversos estados que podemos vivir a lo largo del día. A nivel cognitivo, la respiración nasal apoya el aprendizaje, fortalece la memoria y la atención. Es sabido que para que exista aprendizaje se requiere atención y memoria. La zona cerebral más implicada en el proceso de la memoria es el hipocampo, que además es una zona cerebral muy influenciada por la respiración. Si bien el bulbo olfativo -área cerebral destacada en la respiración- tiene pequeñas dimensiones, sus funciones son altamente relevantes. Tiene conexión directa con la amígdala, centro cerebral de las emociones. La función del bulbo olfativo con la amígdala es inhibitoria, es decir que contiene la actividad. Siendo también protectora, cuando recibimos un susto, se activa. Simplemente anticipando una situación de miedo o tenerlo, se agudiza el olfato. Los aromas ayudan a reconocer peligros. En forma contraria hay aromas que calman. Ya podrás imaginar que la aromaterapia será una forma de intervención para restablecer un buen estado y aún promover buena salud. El bulbo olfativo, se ve afectado en la depresión y el estrés. Son diversas las experiencias que he tenido con pacientes, que logran gestionar la ansiedad y el estrés, a través de entrenar la respiración. Las alteraciones en la respiración dan cuenta de diversos trastornos. A modo de ejemplo, Castellanos afirma que en los inicios del Alzheimer la persona pierde olfato. La respiración participa en las interrelaciones personales y ayuda al estrechamiento del vínculo. Tal es el motivo por el que el bebé a través del olfato reconoce el olor de su madre así como la leche de ella. Del mismo modo, los aromas del bebé son agradables a su madre, aún por ejemplo el de la traspiración. En la sexualidad, el olfato también juega un rol importante, siendo en este caso de tipo bucal. La buena noticia es que ya el entrenamiento olfativo -reconociendo aromas- ayuda a la mejoría cognitiva. A través del entrenamiento respiratorio el cerebro se modela y se rejuvenece. El entrenamiento en una buena respiración tiene implicancias fisiológicas. Por ejemplo, desintoxica el cuerpo, elimina tensiones, reduce el dolor. A nivel psicológico, permite gestionar cada emoción y por lo tanto impactar en el pensamiento y la conducta. Cada emoción tiene su propio patrón respiratorio. Por lo cual, a través de la autoobservación podremos entender qué nos está sucediendo. Así como también, a través de la respiración podemos provocar un estado deseado. La respiración ayuda a recobrar la calma, y hasta lograr paz. La práctica de la atención plena, la meditación, la terapia integral que integra entrenamiento en hábitos, el yoga, el pilates y todas las disciplinas que se basan en la respiración, ayudan a la gestión de las emociones, las funciones cognitivas e impactan en el comportamiento. Gracias a tantos investigadores que nos acercan estos valiosos conocimientos, podemos afirmar que reconocer, atender e intervenir en la respiración de uno mismo, permite ser protagonistas y lograr buena salud y bienestar.
Las neuronas del corazón: descubrimientos de grandes médicos y neurocientíficos del mundo
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”El corazón posee miles de neuronas que tienen impacto en la mente y en el cuerpo. Los hallazgos aseguran que cuando las personas gozamos de la coherencia del corazón, reina la armonía. 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Andrew Armour descubrió la existencia de más de 40.000 neuronas en el corazón. Además de neuronas, este sistema nervioso cuasi-independiente, está compuesto por proteínas, células de apoyo y neurotransmisores. El cerebro del corazón está en conexión con el cerebro y le envía más información de la que recibe del mismo.\nLa comunicación del sistema nervioso del corazón se da a través de 4 vías: neurotransmisores, ondas de presión, electromagnética e impulsos nerviosos. Cada una de estas vías tiene una relevancia particular, pudiendo inhibir o activar el encéfalo.\n\nEl sistema nervioso del corazón, tiene incidencia en la homeostasis, es decir el equilibrio del organismo. Incide en el estrés o el bienestar, la enfermedad o la salud. Dicho sistema libera hormonas como la adrenalina en momentos de exigencia y también la hormona del amor: la oxitocina. Regula la tensión arterial e incide en la respiración. Tan poderoso es nuestro corazón, que su expresión alcanza todo el cuerpo.\n\nAseguró el famoso médico y neurocientífico francés, David Servan-Schreiber: ‘si existiera un medicamento que permitiese armonizar la íntima relación entre el corazón y el cerebro, tendria efectos beneficiosos sobre el conjunto del organismo. Retrasaría el envejecimiento, reduciría el estrés y el cansancio, acabaría con la ansiedad y nos protegería de la depresión. Por la noche, nos ayudaría a dormir mejor; y durante el día, a funcionar al máximo de nuestras capacidades, concentración y precisión.’\n\nSi bien ese medicamento no existe hasta el momento, está al alcance de todos influir en el cerebro de nuestros corazones. Así como en su relación con el cerebro y el resto del cuerpo-mente. El corazón percibe aún antes que el cerebro. También aprende, recuerda y tiene la capacidad de transformarse.\n\nEl corazón está íntimamente relacionado al cerebro emocional y ambos son interdependientes así como se inter-influyen. Los latidos del corazón reflejan el vaivén entre el cerebro emocional y el corazón. Por años hemos puesto en un podio al cerebro y el corazón subordinado al mismo. Los hallazgos dan cuenta lo poderoso e\nincidente que es el cerebro que posee el corazón.\n\nLa variabilidad cardíaca -los intervalos entre latido y latido y del corazón- no es exacta en la salud. Cabe aclarar que dicha variabilidad nada tiene que ver con la taquicardia, arritmias y otras alteraciones. La variabilidad cardíaca coherente tiene ondas amplias y se produce tanto con emociones como con pensamientos positivos. Se relaciona con armonía fisiológica y como decíamos refleja salud. Implica ahorro de energía al organismo y por ello aporta energía y vitalidad.\n\nContrariamente, la variabilidad caótica, es incoherente y desordenada. Aparece ante emociones y pensamientos negativos. Esta última se relaciona con disfunciones y enfermedades. Exige mucha energía y fatiga al organismo.\n\nServan-Schreiber fue sujeto de estudio comprobando la forma en que diversas experiencias alteraban el intervalo en su frecuencia cardíaca. Cuando el intervalo era más corto, el corazón latía más rápido. Cuando el intervalo era más largo, el corazón disminuía la velocidad de latido. Tan solo con realizar cálculos mentales simples su corazón latió más rápido y consumió más energía. Al recordar una experiencia positiva la aceleración de su corazón disminuyó y evidenció coherencia cardíaca. Ambas experiencias fueron imperceptibles para el médico observado. Por lo que, se concluye que las diversas experiencias en el día a día, afectan la coherencia cardíaca, aún siendo imperceptible para nuestra consciencia. Las experiencias vividas afectan al corazón, su sistema nervioso e impactan en el resto del cuerpo.\n\nLas ondas cerebrales se sincronizan al ritmo cardíaco, evidenciando que el corazón manda al cerebro. La coherencia cardíaca influye en el resto de los ritmos fisiológicos con los cuales se sincroniza, en especial con la respiración y la presión arterial.\n\nEl ritmo cardíaco también se sincroniza con las demás personas y más cuando existe una relación. Somos afectados por el corazón del otro, así como afectamos a su corazón, para bien o para mal.\n\n¿Podemos intervenir positivamente en el corazón e influir en el cerebro y el resto del cuerpo? La respuesta es sí.\n¿Cómo activamos la coherencia y por tanto repercutimos en la armonía física y mental? Te comparto 13 maneras a través de los cuales podrás entrenar la coherencia cardíaca y obtener sus beneficios de salud y bienestar:\n\n1. Observar los propios pensamientos\n2. Transformar pensamientos negativos en positivos (por ejemplo en aprendizajes)\n3. Cultivar y activar emociones positivas\n4. Agradecer\n5. Meditar\n6. No juzgar\n7. Escuchar al otro\n8. Rodearte de personas positivas\n9. Colaborar y cooperar\n10. Trabajar en la propia flexibilidad\n11. Gestionar el miedo, el estrés y el enojo\n\nAgregando a lo anterior, la técnica de coherencia cardíaca mejora el rendimiento físico y mental. Dicha técnica consiste en prestar atención a la respiración y practicar la atención plena para mejorar la vida diaria. De esta manera podrás influir positivamente en tu propia salud y aportar bienestar también a quienes te rodean.”},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/que-son-las-creencias-limitantes-y-por-que-nos-obstaculizan-en-la-vida–20231015029″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/10/1697341517106-1024×683.webp|780|1170|999960316″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
¿Qué son las creencias limitantes y por qué nos obstaculizan en la vida?
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”Cada ser humano nace con una historia. Las creencias forman parte de lo que heredamos y al mismo tiempo las construimos. Se integran para ser parte de la propia identidad. 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En términos generales, las creencias son ‘verdades que damos por hecho’. Son pensamientos, una suerte de ‘certezas’ sobre cómo somos, cómo son los demás y cómo es el mundo. Abarcan el pasado, el presente y el futuro. Se originan tanto a nivel consciente como subconsciente e incluso inconsciente. Algunas de ellas las heredamos y otras las construimos. ¿Cómo las heredamos? Las expectativas de los padres, el proceso de gestación, las creencias familiares, entre otras cosas, son parte del niño que llega a una familia particular. En adelante, se construyen a través de la experiencia, del aprendizaje en todos sus formatos. En ocasiones, ni siquiera sabemos de dónde provienen y por lo general, no las cuestionamos. Actúan en nosotros en forma automática.\n\nEn muchos casos son útiles para simplificar nuestra vida, sin la necesidad de estar pensando el qué y para qué de las muchas cosas que hacemos diariamente. Lo mismo podemos decir con lo que sentimos y pensamos. Las creencias son personales pero a la vez compartidas y pueden influir en la forma en que percibimos y experimentamos el mundo. Un ejemplo histórico de creencia limitante, fue la idea de que la Tierra era plana. Si nos trasladamos en el tiempo, la cantidad de energía que habrá implicado a los defensores y detractores de esta afirmación. Evidencias van y vienen y resulta que el mundo estaba dividido entre aquellos que aseveraban que la tierra era plana, los que no y los que dejaban lugar a la duda. ¿Sucede actualmente? Muchísimos son los asuntos que, basados en creencias, dividen y distancian a las personas. Con o sin evidencia es bastante común defender lo que creemos. Es como que nos fuera la vida justo porque se trata de temas relacionados a nuestra identidad.\n\nAdemás de la experiencia propia, de la educación, la cultura y la historia, aspectos filogenéticos y relativos a la especie son parte de la Información en nuestro ADN. Información que cada muchísimos años tiene transformaciones relativas a la adaptación, con el fin de la supervivencia.\n\nNuestras memorias personales contribuyen a nuestra identidad y están impregnadas de creencias. El ‘aquí v ahora’ está en cierta manera determinado por nuestras creencias. El futuro también se colorea de nuestras creencias, tanto las empoderadoras como las limitantes. Nuestras expectativas tendrán su base en lo que creemos. Como dijo Henry Ford, ‘Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estás en lo cierto”.\n\nTenemos creencias sobre la paz, la felicidad, las oportunidades y de los tantos aspectos que conforman la vida. Estas creencias moldean nuestra percepción, atención y comportamiento en general. Conocer nuestras creencias influye en nuestra libertad. Las mismas, afectan nuestra biología, tal como se evidencia en el efecto placebo y el efecto nocebo.\n\nLas creencias nos disponen a la acción o la no acción y elicitan estados mentales y emocionales. Las diversas creencias conforman y se organizan en sistemas psicológicos de creencias. Tienen la cualidad de ser consistentes cognitivamente, es decir, que siguen una lógica. Esa lógica o ‘explicación racional’ que le damos a las cosas es lo que nos permite estar convencidos de nuestras creencias. ¿Hasta cuándo? Hasta que no se demuestre lo contrario.\n\n¿Por qué defendemos nuestras creencias incluso si nos hacen daño? La respuesta es simple: nos brindan seguridad y por lo que hemos mencionado: forman parte de nuestra identidad. Las creencias limitantes son obstáculos que en muchas ocasiones, creamos nosotros mismos. Cuando sufrimos, cuando no nos entendemos a nosotros y a otros, cuando nos encontramos en un conflicto, estamos ante la invitación a revisar nuestras creencias. En ellas encontraremos información valiosa para iniciar el proceso de cambio.\n\n¿Se pueden realmente cambiar las creencias limitantes? Se puede. ¿Qué pensabas de la Navidad cuando eras niño? ¿Y ahora? Como estarás pensando, cambian por el devenir de la vida. También podemos cambiarlas con voluntad. El primer paso es detenernos y reflexionar para identificar nuestras creencias limitantes. Una vez conscientes de ellas, podemos buscar el significado que tuvieron hasta ese momento. Para entonces elegir nuevas creencias que nos sean funcional y positivas. Esto implica instaurar nuevos hábitos cognitivos, emocionales y conductuales que respalden las nuevas creencias. Cuando el proceso tiene éxito simplemente hacen parte de nuestro repertorio cognitivo, conductual y emocional.\n\nSon tan relevantes las creencias que las mismas son centrales en los procesos psicológicos y programas de desarrollo. Reconocidos referentes de la psicología han creado instrumentos diagnósticos y planes de tratamientos para intervenir justamente en las creencias. ¿Para qué? Para crear salud, bienestar y felicidad.”},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/que-son-las-creencias-limitantes-y-por-que-nos-obstaculizan-en-la-vida–20231015029″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/10/1696022580116-1024×576.webp|658|1170|999960291″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
9 Tips para una autoestima positiva
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”La autoestima impacta en nuestras relaciones, en la salud y en el éxito a lo largo de la vida. 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Es contagiosa, especialmente para personas que de alguna manera “dependen” de uno, como los hijos. Influye en la forma en que nos percibimos y, por lo tanto, en nuestra autoimagen. Puede ser positiva o negativa, siendo la primera un predictor de bienestar y éxito. La autoestima positiva también se vincula con buenas estrategias de afrontamiento y capacidad de resiliencia. Es un factor protector antes los vaivenes de la vida y anticipa buen pronóstico de salud física y mental.\n\nPor otro lado, alguien con baja autoestima, tiende a sufrir de diversas formas e incluso a enfermar. Como sabemos, el cuerpo-mente son dos componentes de una misma cosa y ambos se interconectan e inter-influyen. Una persona con baja autoestima, tenderá a tener una valoración negativa de sí misma y de sus posibilidades.\n\nAlgunos indicadores de baja autoestima:\n \n \t Centrarse en lo negativo \n \t Compararse constantemente con los demás \n \t Aspirar lo que tiene el otro porque es mejor \n \t Inseguridad propia \n \t Tendencia a buscar aprobación constante \n \t No animarse a ser auténtico \n \t Sentirse inferior \n \t Sentirse culpable \n \t Atribuir los aciertos a la suerte \n \t No atreverse a soñar en grande \n \t Desconfiar de las propias capacidades \n \t Envidiar a los demás o lo que los demás tienen \n \t Tirarse abajo \n \t Enfocarse en las propias carencias \n \t Visión negativa de uno mismo, de las posibilidades y del futuro \n \t Síntomas de ansiedad y/o depresión \n \nEn contraste, una persona con buena autoestima, soñará en grande y trabajará por sus metas y objetivos. Su sentido de autoeficacia será positivo con buen pronóstico de desempeño laboral y académico. Tenderá a valorarse positivamente y disfrutar de su seguridad. Las personas con autoestima positiva se relacionan consigo mismas y con los demás desde quienes son verdaderamente. Exponen sus opiniones sin temores y son capaces de atribuirse éxitos y errores. Son esas personas que aprenden de lo que funciona y lo que no. Tienden a ser alegres y contagiar su visión positiva de la vida. Se sienten satisfechos con sus vidas, consigo mismos y están dispuestos a ir por más. Lo más probable es que logren una buena gestión del estrés así como de las emociones en general. Saben que no son perfectos y un gran número de personas con elevada autoestima se ocupa de crecer y desarrollarse en forma permanente.\n\nLa autoestima es producto de experiencias, apegos y relaciones, tanto las tempranas como las generadas a lo largo de la vida. Es un proceso y puede tener oscilaciones durante las diversas etapas evolutivas, así como por los acontecimientos. En todos los casos, es posible accionar para aumentarla cada vez más.\n\n¿Cómo aumentar la autoestima?\n \n \t Auto-cuidado físico, cognitivo y emocional \n \t Pensar en positivo – cambiar cada pensamiento negativo \n \t Elegir relaciones que aportan positivamente \n \t Ser amigable con uno mismo, decirse cosas lindas y cariñosas \n \t Enfocarse en los aprendizajes \n \t Autogestionarse \n \t Ser proactivo \n \t Diseñar metas y objetivos específicos, positivos, realistas y desafiantes \n \t Integrar la propia vida tanto en las diversas áreas en el tiempo \n \nQuerernos a nosotros mismos es clave. Dedicarnos tiempo para lo que nos hace bien, invertir en eso que disfrutamos y orientarnos en ser cada vez más nuestra esencia, no solo aportará a nuestra autoestima positiva sino también a nuestra felicidad.”},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/nueve-tips-para-una-autoestima-positiva-202381915380″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/08/1692470463534-1024×683.webp|780|1170|999960252″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
El sueño: un hábito que cuidar para tener salud, bienestar y también juventud
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”Dormir mal o hacerlo bien, influirá en el rendimiento físico, cognitivo, emocional y social a corto, mediano y largo plazo.”,”title_content”:{“component”:”hc_title_image”,”id”:”title-image”,”image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/08/1691854690762-1024×683.webp|780|1170|999960248″,”full_screen”:false,”full_screen_height”:””,”parallax”:true,”bleed”:””,”ken_burn”:””,”overlay”:”transparent-dark”,”breadcrumbs”:false,”white”:true}},”section_5ZtkF”:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_5ZtkF”,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_vtfQF”,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_wp_editor”,”id”:”Xhugf”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”editor_content”:”Cuidarnos implica estabilizar rutinas saludables y ‘escuchar’ a nuestro cuerpo. Aprender cómo nuestro cuerpo-mente reacciona, según lo tratamos será una guía de buenas prácticas. Diversos hábitos son necesarios para garantizar un óptimo funcionamiento del cuerpo-mente. Uno de ellos: hábitos del sueño. ¿Qué es el sueño? El sueño es un estado fisiológico y biológico relacionado con la salud, el bienestar y la longevidad. Está regulado por una especie de reloj interno, el ciclo circadiano que se relaciona con el día y la noche. Establecer buenos hábitos del sueño será indispensable para lograr una buena calidad de vida. Por el contrario, dormir mal o poco en forma sostenida en el tiempo, generará disfunciones a nivel cognitivo, físico, emocional y social.\n\nA nivel físico: el descanso favorece la oxigenación de los tejidos, la regeneración celular, la reparación muscular y el equilibrio, entre otras muchas cosas. De allí que, cuerpos con buen descanso, serán más joviales. El mal sueño, afecta negativamente el funcionamiento de órganos y tejidos. Disminuye el rendimiento en los diversos procesos y funciones corporales, generando efectos negativos acumulativos. Dormir mal altera el metabolismo, lo que podrá conducir al aumento de peso, así como a diagnósticos de diabetes tipo II. La falta de sueño predispone a problemas circulatorios así como cardíacos. Altera el sistema inmunológico, endócrino y los demás sistemas vitales.\n\nA nivel cognitivo: es importante destacar que el cerebro requiere de un buen descanso para lograr el buen funcionamiento integrado mente-cuerpo. El sueño en sí permite el reseteo diario que el organismo necesita para sostener las diversas funciones en forma adecuada. La falta de sueño altera capacidades como ser: atención, concentración, memoria, motivación y resolución de problemas, entre otros.\n\nA nivel emocional: un sueño adecuado es esencial para permitir la regulación de las emociones y la capacidad de autocontrol. Dormir bien favorece emociones y actitud positiva, así como optimista. Por ejemplo, durante el sueño REM el cerebro procesa los eventos diarios y sus respectivas emociones. Por el contrario, la falta de sueño tiende a generar emociones negativas así como una evaluación distorsionada de la realidad. Descansar en forma insuficiente o con mala calidad, predispone al estrés y a problemas psicológicos como la ansiedad y la depresión. Asimismo, pueden ser evidentes alteraciones del humor, irritabilidad y agresividad, entre otros.\n\nA nivel social: el sueño inadecuado conlleva dificultades en el relacionamiento. Genera conflictos y altera la capacidad de empatía v de comunicación. Predispone a la fatiga v facilita dificultades de desempeño laboral y académico, así como la participación en accidentes, etc.\n\nEl cuidado del sueño tanto en cantidad como en calidad, es importante en todas las edades. Cada etapa evolutiva tiene requerimientos específicos que atender y es recomendable informarse al respecto. Cuando la falta de sueño es crónica, los trastornos psicológicos que se generan, producen más alteraciones del sueño y se fortalece un círculo vicioso.\n\n¿Qué indicadores podrían evidenciar problemas del sueño?\n\nDespertares nocturnos, despertares tempranos, dificultades para la conciliación, pesadillas, levantarse cansado, percibir que el sueño no ha sido reparador, enfermedades, trastornos del sueño como la apnea, el síndrome de piernas inquietas, insomnio, entre otros. En los casos en que estas situaciones se sostienen en el tiempo, es importante consultar con el profesional de la salud correspondiente.\n\n¿Cómo favorecer la calidad del sueño?\n\nRespetar un horario para irse a dormir y mantener una rutina que respete el ciclo noche/día. Dormir el tiempo suficiente, lo que para la mayoría de los adultos son unas siete u ocho horas. Cuidar las condiciones del lugar físico: que sea un ambiente limpio, y ordenado, oscuro, con una temperatura fresca y en silencio. Cenar con tiempo suficiente para hacer la digestión y no consumir estimulantes. Dejar de utilizar pantallas al menos una hora antes de acostarse así como sacar los artefactos electrónicos fuera del dormitorio. Es importante irse a dormir con la mayor tranquilidad. Si bien es cierto que en ocasiones situaciones ajenas pueden afectarnos, evitemos discutir o mantener conversaciones difíciles antes de acostarnos. Practicar respiración consciente, relajación, meditación, etc. favorecerá una buena conciliación y calidad del sueño. ¡Estos son algunos de los hábitos a instalar y sostener con esmero!\n\n¿Para qué cuidar el sueño?\n\nEl sueño es un proceso reparador, reorganizador y renovador del organismo orientado a optimizar el funcionamiento mente-cuerpo. Si bien otros factores también juegan, el sueño es indispensable para lograr:\n \n \t Estabilidad y gestión emocional. \n \t Buen rendimiento y desempeño. \n \t Interrelaciones personales satisfactorias. \n \t Regulación de los diversos sistemas corporales. \n \t Factores protectores. \n \t Salud y bienestar. \n \t Creatividad e innovación. \n \t Desarrollo de las funciones cognitivas. \n \t Longevidad. \n “},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/el-sueno-un-habito-que-cuidar-para-tener-salud-bienestar-y-tambien-juventud–202381212340″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/08/1691854690762-1024×683.webp|780|1170|999960248″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}
La asertividad es una garantía de éxito y la gran noticia es que se aprende
{“main-title”:{“component”:”hc_title”,”id”:”main-title”,”title”:”Las palabras no son inocentes”,”subtitle”:”La asertividad es una de esas habilidades blandas que se relaciona con equilibrio y que es cada vez más requerida y solicitada en ámbitos empresariales y sociales. 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A nivel popular, asertivo es aquel que logra expresarse en forma clara y respetuosa. Desde la psicología, entendemos que es un concepto operacionalizable, es decir puede ser observado, registrado y medido a través de indicadores. Esta habilidad ha sido estudiada durante muchos años y está relacionada con diversas conductas que sirven como indicadores, además de relacionarse con valiosas capacidades como la gestión emocional, la forma de reaccionar y la comunicación.\n\n¿Qué es la asertividad para la psicología?\n\nSalter la definió como un rasgo de personalidad que poseen algunas personas, y unos años después, Wolpe y Lazarus la relacionaron con la capacidad de expresar los derechos y los sentimientos. Lo destacable es que, desde de su definición hasta la actualidad, tenemos la evidencia que la asertividad es una habilidad que puede ser entrenada. Es decir, una persona puede ser per se asertiva y seguir desarrollando esta habilidad, así como no serlo y desarrollarla desde cero. Además, es posible ser asertivo en ciertas áreas y no en otras.\n\nLa asertividad está estrechamente relacionada con la comunicación y, por lo tanto, con la capacidad de expresarse y escuchar. Una persona asertiva es aquella que logra transmitir sus pensamientos, sentimientos y opiniones de manera clara y respetuosa, tanto consigo misma como con los demás. Se trata de personas que logran escuchar y articular ‘la mirada del otro’ con la suya a la vez. No dejan de tenerse en cuenta a sí mismos ni a los demás. En las negociaciones se reconocen porque buscan el ganar-ganar, a través de soluciones integrativas y potenciadoras, evitando imposiciones o victimizaciones. Destacan por no ser agresivas, ni pasivo-agresivos, ni pasivos. Escuchan activamente sin juzgar ni interrumpir, logran comprenderse y comprender a los demás. A su vez, son capaces de recibir críticas constructivas, escuchan lo que los demás tienen para decirles sin tomarlo como la verdad absoluta ni negarlo. Logran evaluar y reflexionar sobre el mensaje y son de esas personas que no toman las cosas personalmente.\n\nAlgunos indicadores de falta de asertividad son la victimización, el aislamiento social, la pérdida de autocontrol y de autogestión emocional. Todo lo cual genera malestar, sufrimiento, así como la pérdida de oportunidades a nivel social, laboral y relacional en general. No ser asertivo afecta las relaciones y disminuye la autoestima. A la vez, favorece la agresividad, la ira y la frustración. Genera dependencia emocional y es propenso, así como susceptible a la manipulación. Condiciones que aumentan el estrés y la ansiedad, limitando el bienestar.\n\n¿Cuáles son algunos de los beneficios de la asertividad?\n \n \t Mayor confianza \n \t Aumento de autoestima \n \t Más autoconocimiento \n \t Mejores relaciones interpersonales \n \t Respeto hacia uno mismo y los demás \n \t Oportunidades de desarrollo \n \t Bienestar \n \t Tranquilidad \n \t Mejora de la gestión emocional \n \t Más felicidad \n \nLa asertividad es una habilidad que se puede aprender y entrenar. Es especialmente importante apoyar su desarrollo durante la adolescencia, en momentos de cambios significativos y en situaciones de crisis. En oportunidades, con la simple decisión y manos a la obra, alcanza. En otros casos, es importante recurrir al apoyo de profesionales. El entrenamiento en asertividad es relativamente corto y, como mencionamos, los beneficios son muchos y valiosos.\n\nTips para aumentar la asertividad:\n \n \t Al expresar tus opiniones y sentimientos, habla en primera persona y de forma clara. \n \t Tené en cuenta las opiniones y sentimientos del otro. \n \t Evitá juzgar y criticar. \n \t Preguntá en lugar de suponer. \n \t Reflexioná antes de responder ‘si’ o ‘no’. \n \t Ante el rechazo, pensá constructivamente y no lo tomes como algo personal ni como desvalorización. \n \t Aprendé de las situaciones para crecer y mejorar. \n \t No intentes continuamente ‘encajar’ y complacer a los demás, al hacerlo dejas de respetarte y perdés el respeto y la valoración de los demás. \n \t No ‘sigas la ola’ y despotriques o critiques por detrás. \n \t Escuchá al otro. \n \t Buscá soluciones donde ganes tú y los demás. \n \nPor sobre todo, recorda que no somos seres perfectos ni acabados, y que tenemos constantemente la oportunidad de crecer.”},{“component”:”hc_space”,”id”:”5ZtkF”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_separator”,”id”:”NK5xA”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”style”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”vuvyQ”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_social_share_buttons”,”id”:”zZT7O”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”type”:”circle_tt”,”position”:”left”,”link_type”:”share”,”text”:”COMPARTIR”,”social_colors”:false,”fb”:true,”fb_link”:””,”tw”:true,”tw_link”:””,”g+”:true,”g+_link”:””,”li”:true,”li_link”:””},{“component”:”hc_space”,”id”:”MRz5Q”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_button”,”id”:”Nqdwb”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”icon”:””,”style”:”circle”,”size”:””,”position”:”left”,”animation”:false,”text”:”Artículo en El Observador”,”link_type”:”classic”,”lightbox_animation”:””,”caption”:””,”inner_caption”:false,”new_window”:false,”link”:”https://www.elobservador.com.uy/nota/la-asertividad-es-una-garantia-de-exito-y-la-gran-noticia-es-que-se-aprende-20237305010″,”link_content”:[],”lightbox_size”:””,”scrollbox”:false}]}],”section_settings”:””},”section_tlo79″:{“component”:”hc_section”,”id”:”section_tlo79″,”section_width”:””,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”vertical_row”:””,”box_middle”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”section_content”:[{“component”:”hc_column”,”id”:”column_PKma6″,”column_width”:”col-md-12″,”animation”:””,”animation_time”:””,”timeline_animation”:””,”timeline_delay”:””,”timeline_order”:””,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”main_content”:[{“component”:”hc_title_tag”,”id”:”v3PN5″,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”text”:”Más entradas del blog”,”tag”:”h2″},{“component”:”hc_space”,”id”:”ZmtSn”,”css_classes”:””,”custom_css_classes”:””,”custom_css_styles”:””,”size”:””,”height”:””},{“component”:”hc_pt_masonry_list”,”id”:”4XrbG”,”css_classes”:”col-center text-center middle-content “,”custom_css_classes”:”comienzos”,”custom_css_styles”:””,”post_type_slug”:”post”,”post_type_category”:”blog”,”column”:”col-md-4″,”row”:””,”margins”:””,”pagination_type”:”pagination_wp”,”pag_items”:””,”pag_lm_animation”:”fade-in”,”button_size”:”pagination”,”menu”:true,”menu_position”:”nav-center”,”menu_style”:”ms-rounded”,”auto_masonry”:false,”box”:”top_icon_image”,”boxed”:false,”boxed_inverse”:false,”button_text”:”+ info”,”button_style”:”square-border”,”button_dimensions”:””,”button_animation”:false,”hidden_content”:false,”extra_1″:true,”extra_2″:true,”content”:””,”title_length”:””,”excerpt_length”:””,”title_size”:””,”box_animation”:””,”custom_css”:”proximos”,”pag_scroll_top”:false,”pag_centered”:true,”pag_button_prev”:”Anterior”,”pag_button_next”:”Siguientes”,”lm_lazy”:false,”lm_button_text”:”Load more”,”data_options_pagination”:””}]}],”section_settings”:””},”scripts”:{“parallax”:”parallax.min.js”,”toolstip”:”bootstrap/js/bootstrap.popover.min.js”,”masonry”:”isotope.min.js”},”css”:{“content_box”:”css/content-box.css”},”css_page”:””,”template_setting”:{“settings”:{“id”:”settings”}},”template_setting_top”:{},”page_setting”:{“settings”:[“lock-mode-off”]},”post_type_setting”:{“settings”:{“image”:”https://hcc.academy/wp-content/uploads/2023/08/1690586179409-1024×682.webp|779|1170|999960239″,”excerpt”:””,”extra_1″:””,”extra_2″:””,”icon”:{“icon”:””,”icon_style”:””,”icon_image”:””}}}}