Desde una perspectiva global sabemos que el ser humano ha sobrevivido a otras pandemias y así será esta vez.
Con una mirada particular, transitando nuestros compromisos y agendas, una sola parada puede ayudarnos a reconocer a nuestros grandes héroes, mientras organizamos nuestros compromisos laborales y profesionales.
Leí un chat que me hizo reflexionar y me di cuenta de algo tan simple como poderoso. Quizá por eso lo compartí varias veces, aunque no soy de esas personas que reenvían chats normalmente. Lo recibí unas pocas horas después de haber concluido una sesión con María: ejecutiva de gran trayectoria, acostumbrada a formar y liderar proyectos y equipos, parte del directorio de una gran compañía, mujer, madre, esposa y tantas otras cosas más. Ya al saludarnos me di cuenta de que estaba agotada y recién comenzaba el viernes. Todavía quedaban las conexiones de sus hijos al Zoom, ciertas tareas, asegurarse que estuvieran bien cuidados. Los deberes podían esperar, a la vuelta de la esquina estaba el respiro del fin de semana, aunque pronto llegaría el lunes y las corridas volverían a empezar.
La sesión transcurrió entre su agenda diaria que contenía sus compromisos asumidos a nivel profesional y laboral, compartiendo el tiempo en su hogar con su marido y sus hijos. Sentía que fracasaba una y otra vez en su objetivo que sus hijos tengan un link positivo con el aprendizaje así como en estar disponible para ellos, disfrutando juntos. Su familia es su prioridad. Lo que vive María es parecido a lo de Santiago y otros tantos hombres y mujeres, que están en la misma situación. Durante la semana en cada reunión, sesión de coaching ejecutivo así como de equipos, hice la siguiente pregunta: “¿Cómo se van organizando con sus hijos?” No era necesario que respondieran, sus caras lo decían todo y sus palabras ilustraban lo evidente.
Quienes tenemos hijos más grandes, como es nuestro caso que la más pequeña, Clementina, tiene casi 12, en este sentido la llevamos en coche.
Así es que podemos transitar nuestras agendas empresariales de una forma más tranquila por decirlo de alguna manera. Ellos pueden solucionar sus conexiones, organizar sus tareas y en general fluyen sin mayores demandas.
Parecido no es lo mismo, pero los padres de adolescentes compartimos la preocupación por la gran exposición a las pantallas, la necesidad que hagan ejercicio, entre otras cosas, lo que también trae desacuerdos e interminables negociaciones. “Un ratito más o no quiero salir a andar en bici”, son algunas de las cosas del tire y afloje. ¿Y qué pasa si cedemos algo más? Quizá vivamos un poco más tranquilos todos. No quiero decir tirar la toalla, sino flexibilizarnos un poco más de lo habitual, porque no estamos viviendo nuestras vidas habituales.
El mensaje que les mencioné al inicio, concluye así: “... esta es nuestra casa y ya no la convertiré en un campo de batalla por algo que no podemos controlar. Algo que ya no tiene sentido.
Un año después lo entendí.
Por eso te digo desde el corazón, abrazá a tus pequeños superhéroes hoy y no olvides darles el cariño, el valor y el reconocimiento que hemos dado a todos los demás”.
Reconocemos y agradecemos en público y en privado a tantas personas, instituciones y organizaciones, que de una forma u otra se ocupan de solucionar y cuidarnos en este momento desafiante que vivimos. Leyendo el mensaje que me compartieron, me di cuenta de que no le había dicho a mis hijas lo cracks que son. Por la forma en que se organizan, se desenvuelven, la buena onda que ponen aunque a veces protesten y que esto también es parte de la cuestión. Y que siguen siendo superheroínas por su capacidad de adaptación, por seguir estudiando y aprendiendo, por buscar alternativas para compartir y divertirse con sus amigos, por hacer grupos digitales de estudio y de diversión, por encontrar formas creativas diferentes, por colaborar en casa y la verdad... la lista continúa y es larga.
Junto con reconocerlas, agradecerles todo lo que están haciendo.
En un momento en que los niños y adolescentes necesitan relacionarse, estar con sus pares, hacer deportes y, sin embargo, están todo el día en casa. Tus hijos también son superhéroes, sea que estén a tu cargo, sean padres, vivan en forma independiente. ¿Te diste cuenta todo lo que están haciendo para adaptarse, cuidarse y cuidarte?
Sí así como a mí, este mensaje te pone a pensar, podría ser un buen momento para listar todas esas cosas que les dirías reconociendo que son superhéroes o superheroínas y a la vez, les agradezcas por tanto. Yo lo hice el sábado pasado a la mañana. Ellas me escuchaban y me miraban atentas, no respondieron mucho pero tuve la sensación de que sintieron ese reconocimiento en lo profundo, también lo vi en sus caras. Para mí fue genial, me dio paz y los días siguientes bajé la guardia. Y si se acostaban un poco más tarde o miraban un poco más de pantalla de lo que me gustaría, las comprendí. ¡Valió la pena!
Si te dan ganas de probar cómo te va a ti, haceles un reconocimiento a tus hijos y agradecerles. Si lo haces, te invito a que me compartas cómo te fue a kpittini@hcc.com.uy y gracias Majo por compartir el hermoso mensaje que despertó algo tan lindo no solo en mí, sino en otras muchas personas que así me lo hicieron saber.