Emprender es un proceso con diversas etapas que ordenadas o no, transita el emprendedor para hacer realidad un sueño. Este proceso puede ser replicado por el propio emprendedor y también por otros.
Idea y Pasión
Todo empieza desde una idea con la cual el emprendedor se apasiona. Se podrá tratar de un proyecto, la solución de un problema, una creación, una empresa, una marca, un nuevo producto y también el re-diseño de algo que ya existe y que tendrá una nueva versión. Así es que desde la pasión, entre expectativas y ajustes que implican re-calcular una y muchas veces,
con ilusiones y ansiedades, mucho esmero y dedicación, se comienza a gestar el emprendimiento. Tan válido la frase de Thomas Alva Edison “el éxito es 1% de inspiración, 99% de transpiración”. Esa cuota de inspiración sostiene la pasión y se vincula con valores, claves para que el sueño tome forma. Lo que, con la acción persistente y comprometida, producirá logros entre avances y retrocesos.
Sueño
Con una cuota de incertidumbre y quizá de irrealidad, el emprendedor se va enamorando de su idea y convenciendo que es buena. La sueña con un formato que sin ser el acabado empieza a tener ciertas definiciones, las que, probablemente disten del primer producto final. Imagino estarás imaginando emprendimientos y emprendedores, son muchos los ejemplos y más en este momento actual, pandemia mediante. Donde aún sin ser denominado “emprendedor” estamos llamados a activar nuestra creatividad y emprender nuevas unidades de negocio, transformar estructuras, formatos, decidir nuevos rumbos y tantas cosas de las que estamos siendo testigos.
Objetivo y análisis
Cuando la idea tiene piernas, se da la transformación de sueño a objetivo que estará más cerca del éxito cuanto más específico, detallado y sentido. Le sigue una nueva etapa del proceso donde se pone en consideración nuevos criterios y ciertos filtros. Estudiar el mercado para entender al futuro consumidor y a la competencia -quién es, qué hace bien y cuáles son sus oportunidades, cómo lo hace, qué canales utiliza, los costos y precios, oferta y demanda, entre otras tantas cosas.- Es un buen momento para comparar la información obtenida con el objetivo e integrar análisis y re-calcular.
Red
Con una nueva forma mejorada se integra a la cuota de locura, la de realidad. Los primeros pasos están dados y la incursión en la forma también. Es un buen momento para generar una red de soporte, integrada por diversos expertos según las necesidades del proyecto.
Plan y lanzamiento
Con diseño y plan, un paso más. Podrá ser el testeo, el piloto o arriesgar e iniciar. Esa cuota de riesgo finalmente siempre estará y es en sí mismo desafiante. Con testeo o lanzamiento directo, el plan de negocio tienen etapas, fechas, hitos, características y mediciones integrando cada aspecto clave. De nuevo la especificidad del contenido será esencial, así como el tiempo que el emprendedor reserva para el análisis crítico periódico, estar alerta a las oportunidades, su actualización permanente y la incorporación constante de conocimientos.
Creo que todos podemos emprender si estamos dispuestos a diseñar y elegir eso que queremos. Nos animamos y avanzamos para hacerlo realidad. En un inicio podrá estar la incertidumbre del destino pero también la certeza de buscarlo, de crearlo. Y por momentos con entusiasmo, por momentos con desazón, avanzar. Y es tal la fuerza y la convicción que, cada cosa que no sale según lo esperado, es un nuevo estímulo que trae energía renovada. Lo que permite aprender que no hay fracasos, es aprendizaje.
Según la revista Forbes, un emprendedor de alto rendimiento tiene ciertas características:
Foco
Disciplina
Creerse el cuento
Incomodidad
Competencia
Conocimientos
Entrenamiento
Decía Walt Disney: “Toda la adversidad que he tenido en mi vida, todos mis problemas y obstáculos, me han fortalecido”. Fue despedido por falta de creatividad, quebró muchísimas veces y persistió. Fiel a su pasión y convicción creó Walt Disney Company, es el grupo empresarial de medios de comunicación y entretenimiento más grande el mundo.