Ser dirigido por un propósito ya no solo es deseable, es crucial en un mundo más conectado, transparente y complejo... darle a la gente un sentido de propósito es quizá el papel más importante de un líder” arma Ken Murray, autor de “People with purpose”.
El poder del propósito es tan contundente que, un líder que conoce su propósito y el de la organización que lidera, lo trasmite con claridad y exactitud en su declaración de misión -esa que es vivida, no repetida de un manual corporativo- tiene un camino marcado y la garantía del éxito.
Menciono lo de repetir de un manual al encontrarme en diversas oportunidades con que esa declaración de misión de la compañía se usa una y otra vez en encuentros sin que tenga sentido real para las personas que son parte de esa organización. Tanto así que hace un tiempo el gerente general de una compañía, armó su misión googleando. Quedó muy linda la redacción, pero... ¿qué tenía que ver con las personas que integraban la organización, sus valores y los de sus marcas?
¿Qué es el propósito? Es nuestra magia y distintivo, es nuestra brújula, la que nos orienta y nos ayuda en la toma de decisiones, así como en la elección de acciones que conducen a vivir y lograr nuestra misión. ¿Cómo sabemos que lo tenemos? Cuando lo encontramos y diseñamos, es claro, nos reconocemos en él y los demás también nos reconocen. Es la clave para la aceleración del desarrollo -a nivel personal y organizacional- y más aún, para ser felices de verdad.
¡Descubrir el propósito es de alto impacto y emoción! Emoción que es tal como aquella que sentimos tantas veces, cuando siendo niños, recibimos la mejor sorpresa que jamás imaginamos. Es tan poderosa que la sentimos fuerte en el cuerpo -como toda emoción- se iluminan nuestros ojos y todo parece fácil. Conecta con nuestros sueños más profundos y con nuestros valores más valiosos, no implica sacrificarnos en el presente para lograr ese futuro deseado. Y es sin duda, eso que nos llevará a desempeños de excelencia y lo que es mejor, ¡trascendencia! Al escribir, me siento emocionada y agradecida por conocer mi misión/propósito, lo que constantemente abre puertas en mi vida. En lo profesional tiene que ver con inspirar, promover desarrollo, creatividad y potencia, desde un gran sentido de humildad, bondad y gratitud. Se que lo estoy viviendo cuando constato que esas personas con quienes trabajo se conectan con sus valores, brillan sus rostros y son cada vez ¡más felices! Se trata de acompañar sabiendo que el qué, el para qué y el cómo es de otros y mi participación se trata de poner al servicio lo que sé y a mi misma.
Empezar por uno mismo:
Cuando los líderes conocen su propósito tienen un acelerador para el alto desempeño y desarrollo organizacional. El propósito nos conecta con quienes somos y, liderar con propósito impone ser nosotros mismos sin seguir mandatos de otros. Por eso es que, para ser un buen líder es importante empezar por uno mismo.
¿Te imaginas diseñar un propósito para tu liderazgo sin antes tener tu propósito personal? De verdad no es posible, el verdadero propósito, tiene sentido en lo profundo de cada ser. De la misma forma funciona para personas, equipos, organizaciones, marcas... Son las que tienen claro su propósito, las que se expanden, crecen y trascienden. Y para esto, las personas tienen que ser parte, no alcanza con una linda redacción. Les comparto un ejemplo tan ¡real como impactante!
Se trata del CEO de una organización que con valentía diseñó su propósito. Llevó tiempo allanar el camino, desterrar creencias acumuladas que no servían y a partir allí diseñar su propósito conectándose desde sus diversos roles. Este empresario -que ya tiene una empresa
exitosa- está desarrollando una nueva unidad de negocios con una marca con características muy claras y abriendo nuevos mercados en el mundo. Son decisiones empresariales que le permitirán vivir al 100% su gran sueño, articulando su vida personal y profesional. Diversas decisiones personales a partir de conocer su propósito lo llevan a estar cada vez más alineado, en congruencia con su real ser e integrando la vida toda. Justo esto es lo que pasa cuando tenés clara tu misión a nivel personal, como decía Steve Jobs, los puntos se unen y cada cosa que hacemos actúa en sinergia con el resto.
Volviendo al liderazgo, ser líder con propósito vinculará personas, valores y objetivos, los cuales, adquirirán un nuevo sentido. Y cada objetivo será en sí mismo, una excusa para concretar su propósito, viviendo sus valores.
Sobre establecer objetivos de alto impacto, podés leer más en El impacto de establecer objetivos
Para darle a la gente un sentido de propósito, hay que empezar por uno mismo. ¡Esa es la invitación!