Estamos expuestos a actividades y un ritmo que en muchos casos, genera estados de estrés – tensión física, mental y/o emocional– que podrá derivar en ansiedad y enfermedad. Influyen la genética, la forma de respuesta aprendida y el grado de los estresantes –entre otras cosas– en la forma en que reaccionamos. Si bien en todo podemos actuar, hay algo fácil y sencillo para tener en cuenta y se trata del momento del día.
Ante una situación de estrés nuestro cerebro reacciona segregando cortisol –hormona protectora– garantía para regular nuestro metabolismo que sirve para reaccionar de forma regulada y para restablecer el equilibro post evento estresante. El cortisol es responsable de
nivelar el azúcar y la grasa para obtener energía y manejar el estrés. Estudios revelan que los niveles de cortisol son naturalmente más altos en las mañanas y disminuyen a medida que transcurre el día*. Por lo que, estar expuestos a actividades estresantes en las últimas horas del día, predisponen al cuerpo a producir cortisol a un alto costo y un peor manejo de las situaciones.
A esto se suma que la exposición al estrés en forma repetida al final de la jornada, repercute a nivel cerebral y mental a tal punto que, son muy altas las probabilidades de generación de enfermedades a largo plazo –obesidad, diabetes, problemas cardíacos, autoinmunes, problemas menstruales, depresión y otros problemas mentales, enfermedades de la piel, problemas musculares, alteraciones del sueño, dolores de cabeza, entre otras– . Por eso es tan importante estar alertas a las señales que en todos los casos, nuestro cuerpo emite antes de enfermar. ¿Cuáles son? Varían de organismo en organismo y sin embargo, son detectables para todos siempre que estemos dispuestos a percibir, ver y escuchar. Podés leer sobre efectos en el cuerpo, el estado de ánimo y el comportamiento aquí.
Algunos tips:
- Usemos las mañanas* si vamos a dar una mala noticia, difícil y/o estresante, así como si sabemos de antemano que la conversación que tenemos pendiente tendrá tensión. (*Es posible que el patrón se invierta en las personas que duermen durante el día y están despiertos en la noche en forma habitual).
- No discutamos en las noches, ya que los conflictos se ven agravados, entre otras cosas por el cansancio mental y físico. Para negociar también es preferente más temprano que más tarde.
- Pensar positivo es un protector contra la poda –muerte– neuronal que produce el estrés y la ansiedad. Además nos ayuda a la regeneración de neuronas y conexiones mentales.
Algo más, que no por repetido deja de ser muy importante:
- Descansar 7/8 horas, ya que durante el sueño nuestro organismo se desintoxica. Aporta además claridad mental, permite regular niveles funcionales evitando enfermedades y exceso de peso –entre otras cosas–.
- Hacer ejercicio físico es otro aspecto del abc, cada vez que nos ejercitamos nuestro cerebro produce neuronas y nuevas conexiones. Ejercicio que debe ser sostenido en el tiempo ya que las nuevas neuronas solo permanecen ante la repetición. La recomendación es al menos tres veces por semana, media hora de ejercicio. Esto como línea base, todos los días algo, ¡es lo mejor!
- Nuestra alimentación, repercute directamente en nuestro físico y cerebro, por eso es muy importante darle a nuestro cuerpo alimentos naturales que aporten los nutrientes que cada organismo necesita. La práctica de preguntarnos si lo que vamos a comer nos aporta y qué, puede ser muy útil para tener un estado cada vez más optimo. Es útil conocer acerca de la microbiota, te invito a investigar.
- ¡Leer, caminar, compartir con familia y amigos es parte de lo básico que aporta a nivel integral!
- ¡Parar y respirar con conciencia! Rezar, meditar, etc., como sea que le llamemos a la práctica de respirar y tomar conciencia del aquí y ahora, contextualizando la situación y a nosotros mismos, es probado que aporta en grande a nivel cerebral.
- Diseñar, es decir planificar cada día, soñar y decidir qué hacer para que pase eso que queremos que pase, es otro antídoto más que valioso para el estrés y un factor de aporte a nuestra salud física, mental y emocional.